México es famoso por sus festivales y ferias multitudinarios, que combinan tradición, música, danzas y celebraciones multitudinarias. A continuación presentamos un top 10 de los principales eventos culturales del país, con datos clave como su antigüedad, número de asistentes recientes y reconocimientos patrimoniales.

1. Guelaguetza (Oaxaca)
La Guelaguetza es la fiesta indígena más grande de Oaxaca. Sus orígenes modernos se remontan a 1932 (el Homenaje Racial del “Lunes del Cerro”), pero conserva rituales prehispánicos que honran a los dioses de la fertilidad. En 2010 fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de Oaxaca y la UNESCO la reconoció como “expresión viva de la diversidad cultural”. Cada julio miles de oaxaqueños y visitantes extranjeros se reúnen en el Auditorio del Cerro del Fortín para bailar danzas típicas de las 16 regiones del estado. En la edición de 2024 se reportaron más de 44,000 asistentes disfrutando de las presentaciones del Lunes del Cerro. Además de los espectáculos centrales, la ciudad se llena de ferias gastronómicas, música y actividades paralelas.

2. Feria Nacional de San Marcos (Aguascalientes)
La Feria de San Marcos es la feria más antigua y concurrida de México. Se inició en 1828 con el permiso de establecer un mercado agrícola, cumpliendo más de 190 años en 2018. Cada primavera (abril-mayo) atrae a millones de visitantes. En 2025 rompió récords de afluencia: recibió más de 8.5 millones de visitas en 24 días de feria. Además de ganado, torneos y conciertos, la feria es un importante imán turístico con impacto económico regional. Aunque aún no tiene estatus UNESCO, autoridades locales promueven su declaración como patrimonio inmaterial debido a su larga trayectoria. De hecho, es considerada “una festividad de alcance internacional” por su difusión cultural y folclórica.

3. Festival Internacional Cervantino (Guanajuato)
El Festival Internacional Cervantino (FIC) nació formalmente en 1972 en Guanajuato, como evolución de los entremeses cervantinos de Enrique Ruelas desde 1953. Hoy es uno de los festivales de arte más grandes del mundo. Cuenta con respaldo de gobierno y universidades; participan miles de artistas (3000–3500 en ediciones recientes) de decenas de países. Recibe habitualmente cerca de medio millón de asistentes por edición. El FIC se celebra en las plazas y teatros históricos de Guanajuato, ciudad que desde 1988 es Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. Este festival ha consolidado a la capital guanajuatense como “Capital Cervantina de América” (2005), atrayendo a aficionados del teatro, la música, la danza y las artes visuales de todo el mundo.

4. Día de Muertos en Pátzcuaro (Michoacán)
La Noche de Muertos en Pátzcuaro (Zona Lacustre de Michoacán) es una tradición ancestral de origen purépecha con cientos de años de historia. Cada 1-2 de noviembre, los pueblos ribereños del lago de Pátzcuaro se visten de ofrendas, velas y música para honrar a los difuntos. Esta festividad fue declarada “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible” por la UNESCO en 2003 y en 2008 se inscribió en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial. Constituye “uno de los ejemplos más relevantes del patrimonio vivo de México y del mundo”. En 2025, se proyectó una asistencia de más de 420,000 visitantes durante la semana de celebraciones en Michoacán. Turistas nacionales y extranjeros llegan a participar en velaciones nocturnas de panteones, talleres de altares y paseos en lancha con velas. Es una de las conmemoraciones mexicanas con mayor impacto cultural y económico.

5. Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería (Guadalajara)
Este festival nació en 1994 y se realiza cada agosto en Guadalajara. Rinde homenaje a dos de las tradiciones mexicanas más queridas: el mariachi y la charrería. Cada edición reúne espectáculos como galas de mariachis, campeonatos charros, kermeses y conciertos masivos. El festival atrae a miles de visitantes nacionales e internacionales 14 cada año. Su importancia ha ido en aumento: en 2024 cumplió su 31ª edición con Maríachi de Jalisco y Banda Sinaloense entre los invitados. Además, las dos manifestaciones homenajeadas tienen reconocimiento UNESCO: la música mariachi fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial en 2011, y la charrería mexicana en 2016 .

Así, el encuentro es una vitrina global de la cultura jalisciense, combinando música, deporte y fe (incluye hasta misa cantada con mariachi en la Basílica de Zapopan).

6. Fiesta Grande de Enero (Chiapa de Corzo, Chiapas)
La Fiesta Grande de Enero en Chiapa de Corzo se celebra del 8 al 23 de enero en honor al Señor de Esquipulas, San Antonio Abad y San Sebastián Mártir. Es la festividad más antigua de Chiapas: su sincretismo (mezcla indígena y español) se consolidó en el siglo XVII. El acto más famoso son los Parachicos, danzantes con máscara y bastón cuyo origen se remonta a legendarios milagros coloniales. En 2009 (rebajado a 2010) la UNESCO declaró Los Parachicos Patrimonio Cultural Inmaterial
de la Humanidad. Durante las dos semanas de fiesta participa casi toda la población local y arriban turistas de varios estados. En 2018 se reportó una afluencia histórica de entre 50,000 y 60,000 visitantes durante la Fiesta Grande, una cifra inédita para la región. Desfiles de carros alegóricos, fuegos artificiales (Combate Naval) y gastronomía típica (carne con arroz, tortillas de pepita con tasajo) complementan la fiesta.

7. Carnaval de Veracruz (Veracruz)
Considerado “el carnaval más alegre del mundo”, el Carnaval de Veracruz es una de las festividades más populares de México (y de Latinoamérica). Comenzó oficialmente hace aproximadamente 95 años (década de 1920), con raíces aún más antiguas en bailes de máscaras del siglo XIX. Durante seis días antes de Cuaresma, decenas de carrozas desfilan por el malecón jarocho. En 2019 los organizadores estimaron hasta 1.5 millones de personas asistiendo a las fiestas. Grandes desfiles masivos (con más de un millón de espectadores en un día típico ), conciertos gratuitos y la tradicional quema del Juan Carnaval atraen turistas de todo el país e internacionales. Aunque no cuenta con reconocimiento UNESCO, su historia, música alegre y coloridos trajes (como las enormes máscaras llamadas pontoneras) lo han hecho famoso mundialmente.

8. Carnaval Internacional de Mazatlán (Sinaloa)
El Carnaval de Mazatlán es el carnaval más antiguo de México organizado por comité civil (estrategia iniciada en 1898). Se celebra la última semana de febrero, con desfiles al ritmo de bandas sinaloenses (la onda grupera) y concursos de comparsas. En 2024 marcó nuevo récord histórico: más de 625,000 asistentes desfilaron en el malecón el día del gran desfile dominical. El programa incluye galas de coronación de la Reina del Carnaval y actividades culturales (certámenes literarios y musicales) que involucran a toda la ciudad. El carnaval mazatleco se distingue por su ambiente multitudinario en la orilla del mar y su capacidad de arrastrar a cientos de miles de personas cada noche de fiesta. Sus décadas de tradición lo han convertido en un ícono cultural del norte de México, aunque aún no figura en listados UNESCO.

9. Viacrucis de Iztapalapa (Ciudad de México)
El Viacrucis de Iztapalapa es la representación de la Pasión de Cristo más multitudinaria del país. Se realiza cada Viernes Santo en la Alcaldía Iztapalapa, con miles de participantes locales interpretando el viacrucis desde el Cerro de la Estrella hasta el Zócalo de Iztapalapa. Esta tradición religiosa lleva 182 años celebrándose (desde 1843). En 2025 congregó a más de 2 millones de fieles y espectadores, incluyendo asistentes de todo México. Por su envergadura, la ceremonia aspira a ser reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial. (Ya en 2023 el Instituto Nacional de Antropología e Historia la declaró “patrimonio cultural intangible” a nivel nacional. El evento moviliza a multitudes que recorren calles cerradas al tráfico y llenan plazas con cantos y devoción; a pesar de su dramatismo, se vive en un ambiente de celebración comunitaria en Semana Santa.

10. Romería de la Virgen de Zapopan (Jalisco)
La Romería de Zapopan es la peregrinación más grande de Occidente. Cada 12 de octubre, culmina el ciclo religioso de “La Llevada de la Virgen” retornando la imagen de la Virgen de Zapopan a su basílica después de meses de culto en las calles de Guadalajara. Esta tradición se remonta a 1734. Atrae a masas: en 2019 se informó que participaron más de 3 millones de personas en la procesión. En 2018 la UNESCO inscribió la romería como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, destacando la presencia de miles de danzantes indígenas y fieles que convierten las calles en una gran fiesta comunitaria. El evento mezcla fervor religioso con festejo pagano; alfombras de aserrín, danza matachines y música hacen de este desfile una de las expresiones culturales más arraigadas de Jalisco y México.​​​​​​​
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